La sala de lectura del Palacio fue concebida en tonos sobrios. El recargado artesonado que cubre la estancia es otra réplica, también en madera de castaño, de los techos que cubrieron las salas del Archivo General Central de Alcalá de Henares.
Sobre tres de las nobles librerías que amueblan la biblioteca observamos tres lienzos de la escuela napolitana y que han sido atribuidos a Luca Giordano. Las pinturas recuerdan las composiciones sobre el Antiguo Testamento que realizó este autor para los techos de la Basílica de El Escorial. Dos de ellos representan escenas de la vida de Moisés –Moisés recibiendo las tablas de la ley y Moisés enseñando las tablas a su pueblo– y el otro se titula El canto de Mariana.
Al margen de las pinturas, cabe destacar las tiras de bordados procedentes de indumentarias religiosas y cuya cronología se remonta al siglo XVI. Se trata de las bandas traseras y delanteras de casillas y dalmáticas, las vestiduras eclesiásticas que usaban los diáconos en la misa mayor y ceremonias solemnes.