Entre la decoración de las paredes del pasillo destaca el Retrato de la Infanta Margarita, situado frente a la escalera principal. Se trata de un enorme óleo sobre lienzo que se encuadra dentro de la escuela madrileña de la segunda mitad del siglo XVII. Se ajusta perfectamente a la tendencia retratística impuesta por Velázquez para personajes regios. Si recorremos el pasillo hacia las habitaciones del fondo observamos otro Retrato de Dama, un excelente ejemplo de retrato romántico español, obra firmada por Eduardo Cano y realizada en 1848.
Otros tres lienzos llaman la atención porque muestran composiciones abigarradas y extrañas, con animales rollizos trazados con un magistral dibujo muy marcado que les proporciona un aspecto casi esperpéntico. Son escenas campestres realizadas por el pintor alemán Philip Peter Roos, conocido también como Mercuri y Rosa de Tivoli, por haberse afincado en esta localidad de la Italia central, donde trabajó durante el último tercio del siglo XVII cosechando gran popularidad. La principal virtud de su obra es la rareza compositiva y la soltura nerviosa de las formas.
Situados al fondo del pasillo, llaman la atención porque muestran composiciones abigarradas y extrañas, con animales rollizos trazados con un magistral dibujo muy marcado que les proporciona aspecto casi esperpéntico. Son Escenas campestres, realizadas por el pintor alemán Philip Peter Roos, conocido también como Mercuri y Rosa de Tívoli.
La principal virtud de su obra es la rareza compositiva y la soltura nerviosa de las formas.